Más allá de la teoría: Los desafíos tangibles de la Ley REP en el Sur de Chile
La Ley 20.920, más conocida como Ley REP (Ley de Responsabilidad Extendida del Productor), no es solo otra normativa ambiental. Es, sin duda, el cambio de paradigma más radical en la gestión de residuos que ha visto Chile. Traslada el foco desde el final de la cadena (el vertedero municipal) hacia el inicio: el diseño mismo del producto. Bajo el principio de “el que contamina paga”, obliga a los productores e importadores a organizar y financiar la recuperación de los residuos de lo que ponen en el mercado.
Sin embargo, la aplicación de un marco legal nacional en un país de geografías y realidades productivas tan diversas como Chile no es una tarea simple. Mientras en Santiago se discuten metas y porcentajes, en el sur del país, específicamente en provincias como Osorno, la ley se enfrenta a un escenario que pone a prueba su flexibilidad y pragmatismo. Este no es un artículo sobre la teoría de la ley; es un análisis de su encuentro con la realidad de la provincia productora de Chile.
El sur no es Santiago: Geografía, gradualidad y la prueba del mundo real
El legislador fue inteligente al incorporar el principio de gradualidad. La REP no se aplica de golpe. Se implementa por productos prioritarios (envases y embalajes, neumáticos, pilas, etc.) y sus metas se definen considerando variables críticas. Para el sur, la más importante es la que permite al decreto supremo respectivo considerar “aspectos demográficos, geográficos y de conectividad”.
Esta no es una cláusula menor. Es el reconocimiento de que la logística para recolectar un envase de leche en una planta de Puyehue no tiene el mismo costo ni complejidad que hacerlo en una tienda de Providencia. La economía circular, aquí, choca con la física de las distancias.
La provincia de Osorno, corazón de una potencia lechera, ganadera y forestal, genera un perfil de residuos único y masivo:
- Sector Lácteo y Cárnico: Toneladas de envases plásticos, tetrapak, y embalajes de cartón de alto rendimiento.
- Agroindustria y Forestal: Neumáticos de maquinaria pesada (tractores, cosechadoras), envases de lubricantes y aceites, y baterías.
- Consumo Residencial y Comercial: Aparatos eléctricos y electrónicos, pilas, y aceites lubricantes domiciliarios.
La pregunta crucial es: ¿La flexibilidad de la ley será suficiente para cubrir la brecha que esta geografía impone?
Brechas Críticas: Donde la Ley REP se juega el partido en terreno local
La implementación en Osorno no tropieza con la voluntad, sino con obstáculos estructurales que requieren soluciones creativas.
1. La Logística de la Última Milla (y las primeras 100):
El concepto de “punto limpio” se desdibuja en la ruralidad. La recolección en predios dispersos, con caminos no siempre pavimentados y largas distancias, es el mayor desafío operativo y económico. Los Sistemas de Gestión Colectiva (como los que tal vez mayoritariamente formarán las grandes empresas) deberán diseñar modelos híbridos: puntos de acopio en las cabeceras de ciudades como Osorno o Puerto Octay, combinados con rutas de recolección programadas en zonas rurales y, potencialmente, estaciones de transferencia que compacten residuos para reducir costos de transporte. La colaboración con municipalidades, prevista en la ley, es aquí una necesidad de supervivencia, no una opción.
2. El Déficit de Infraestructura de Valorización:
Recolectar es solo el primer paso. El objetivo final es reciclar, reutilizar o valorizar. Y aquí surge otra brecha: la escasez de gestores de residuos autorizados por el Sistema de Certificación de Gestores de Residuos (ScGR) en la macrozona sur. Si no hay plantas de reciclaje de plásticos o de valorización de neumáticos cerca, los residuos recolectados deberán viajar cientos de kilómetros hasta la RM o Biobío, encareciendo el proceso y contradiciendo parcialmente el principio de eficiencia ambiental. Esto representa una oportunidad de inversión gigantesca para emprendedores locales en el negocio de la economía circular.
3. La Formalización de los Recicladores de Base: Un actor clave subestimado
En Osorno, como en todo Chile, los recicladores de base son la columna vertebral informal del reciclaje. La Ley REP no los ignora; exige su inclusión y formalización. El desafío es doble:
- Para los recicladores: Deberán certificarse, formalizarse y organizarse en cooperativas o empresas para poder ser contratados por los Sistemas de Gestión.
- Para la industria: Deberán integrar este eslabón humano, valorando su expertiz y no viéndolo solo como un costo.
Este proceso requiere capacitación, inversión y, sobre todo, voluntad de colaboración. Un sistema que los deje fuera estará incompleto y será socialmente regresivo.
De la Obligación a la Oportunidad: Blueprint para una Provincia Circular
Más que una carga, la Ley REP es la llave para modernizar el sector productivo del sur de Chile. Los que vean más allá del cumplimiento encontrarán una hoja de ruta para la innovación.
- Ecodiseño como Ventaja Competitiva: La industria láctea osornina puede liderar el rediseño de sus envases. ¿Usar menos material? ¿Embalajes reutilizables para el transporte entre plantas? ¿Materiales fácilmente reciclables? Esto reduce costos de gestión futuros y mejora la imagen de marca ante un consumidor cada vez más consciente.
- Bioeconomía y Valorización Local: Los residuos orgánicos del sector agropecuario son un pasivo hoy, pero son la materia prima para compostaje o incluso para la generación de biogás. La Ley REP, combinada con otras políticas energéticas, puede financiar pilotos de economía circular hiperlocal, donde los residuos de una granja se convierten en energía para la misma.
- Alianzas Público-Privadas-Académicas: La Universidad de Los Lagos (ULA) y centros de formación técnica se convierten en actores cruciales. Pueden ser el brazo técnico para la certificación de recicladores, laboratorios de innovación en ecodiseño y semilleros de los nuevos profesionales que esta economía circular demandará.
- El Fondo para el Reciclaje: Un instrumento clave. Las municipalidades de la zona deben presentar proyectos robustos para postular a estos recursos y financiar centros de acopio, campañas de educación y programas de integración de recicladores, diseñados a la medida de la realidad local.
Conclusión: Tejiendo la Red Circular en el Sur
La Ley REP en Osorno no se medirá por el porcentaje de un decreto supremo, sino por su capacidad para adaptarse y potenciar la identidad productiva del territorio. El éxito dependerá de una gobernanza colaborativa donde el sector privado asuma su liderazgo, los municipios faciliten la infraestructura y la logística, la academia aporte el conocimiento y la innovación, y los recicladores de base sean incorporados con dignidad.
El sur de Chile tiene la oportunidad de demostrar que la economía circular no es un concepto abstracto de oficina, sino un modelo tangible que se construye desde el territorio, con pragmatismo, colaboración y una mirada puesta en un futuro donde productividad y sustentabilidad sean, finalmente, dos caras de la misma moneda.
Referencias
- Ley N° 20.920 (2016). Establece marco para la gestión de residuos, la responsabilidad extendida del productor y fomento al reciclaje. Diario Oficial de la República de Chile, 1 de junio de 2016.

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