Cristóbal Briceño – La Mañana
Hace unos días, Cristóbal Briceño lanzó un nuevo videoclip para su tema “La Mañana”, canción que abre el disco “Doler Crece”, publicado en 2022. Como es habitual en él, las referencias al imaginario religioso no se hicieron esperar y el cantautor entrega nuevamente una visión desgarradora de la cotidianeidad laboral y existencial. Para quienes ya estamos familiarizados con el estilo filoso y visceral de Briceño, el disco en sí es toda una experiencia.
El videoclip “La Mañana”
Y claro, el videoclip no deja lugar al azar y comienza con un plano sobre una biblia abierta. La pantalla difumina a negro y aparece la referencia clara, innegable, al pasaje bíblico que contemplaremos: Génesis 4, versículos 1 al 18; la historia de Caín y Abel.
La amistad y la rivalidad de la hermandad son retratadas de inmediato en medio de un paisaje marino, con el constante enfrentamiento de los hermanos protagonistas del plano, excepto en una escena en que ambos aparecen orando (?) a la usanza oriental. Comienza la canción. Los acordes iniciales del tema, y la voz desgarrada para anunciar un soleado amanecer dan paso a una serie de expresiones de ánimo para enfrentarlo. La secuencia es bellísima.
“Se quebró la mañana y se derramó como yema de huevo sobre mí su sol.
Reverdecen mis ganas, me siento ancho y del mejor humor
¡Guau!, ¡ya!, ¡dice!”
Luego el ajetreo, las ganas de hacer, el trabajo bien hecho, la eficacia hecha canción: “y será bien servida, a puro boca a boca el local se llena”. El video muestra la comparación de las ofrendas del trabajo ejecutado. Mientras Caín presenta sus vegetales, Abel presenta un animal. El extraño personaje celestial dirime entre los hermanos y se inclina en favor del animal. Caín sale con su caja veggie, ofuscado, irritado, frustrado. El plano cambia a una secuencia en que Caín es confrontado por el personaje celestial, que le pregunta literalmente “¿por qué la mala cara?”. La idea de enfocarse en el trabajo y hacerlo bien, de dominar al pecado y de enseñorearse de lo malo para no caer se hacen palpables. Caín está condenado desde ya. La escena se acompaña del siguiente giro lírico:
“Es verdad, es un bajón, pero es real.
Tú y yo no supimos hacer bailar las aguas. Entre los dos no hicimos uno.
Voy palpando a tientas la pared y no doy con el interruptor”.
El video continúa con un Caín que llega fumando donde un atareado Abel que alimenta a las aves, recibe la invitación-desafío y se embarca en el viaje sin retorno. Con la excusa de orinar, Caín toma una piedra y ultima a su hermano. El relato bíblico sólo describe el acto homicida, sin adentrarse en los detalles del móvil (más allá de la aparente envidia causada por el decaimiento y desánimo de ver cómo la ofrenda animal se imponía sobre la vegetal) (cfr. 4:4-6). La piedra en el videoclip ha sido retratada en el arte bizantino y la tradición pictórica musulmana. En el folio 29 de la Biblia del Alba o de Arragel, en tanto, es una mordida en el cuello la que provoca el fratricidio.
Viene luego la escena de la huída y la confrontación, con las consiguientes maldiciones y protecciones que recibe Caín: expulsión de la tierra que habita, el irónico castigo al agricultor que no cosecharía nada y la misión de ser errante y vagabundo. Abrumado por el peso de la condena, recibe la marca o “señal” en la frente, para que nadie se atreva a molestarlo. Ya suficiente ha hecho Dios con el hijo de Eva y Samael, ¿no? La protección que recibe Caín se expresa en que, si alguien lo mata, recibirá septuplicado el castigo divino. El 7 es número de completitud y satisfacción; la perfección divina, en que Dios reposa de todo trabajo creacional y lo mismo manda a hacer al hombre respecto de su faena terrenal.
El errante Caín del video grita y corre desenfrenadamente, alternando paisajes de día y atardeceres para terminar enfrentado al sol poniente, sobre el que descansa la condena diaria de todo trabajador…
“Buen día, buen día.
¿Se lavó la cara?
¡Buenos días, personal!
… lo que bien podría implicar una nueva marca de Caín, sobre todo si el video se lanza justo en el último día del mes de asueto chileno, dando la perfecta y condenada bienvenida a las obligaciones de marzo, lo que lo hace más personal y molesto, como un dios maldiciendo a Caín.
Desarrollo websites desde los 15 años. Me apasiona el diseño gráfico y los desafíos expresados en algún lenguaje de programación. Me gusta leer, escribir y oír música. Disfruto de los regalos sencillos de la vida, con una mirada crítica y revisionista de absolutamente todo lo que me rodea. Dios es fiel.